jueves, 21 de marzo de 2013

Este jueves, me voy de farra



- Vamos, vamos, daros prisa, que no tenemos mucho tiempo. Los del fondo, centraros con lo que hacéis, los trozos más grandes debajo y los pequeño encima, ¿es qué no sabéis construir una torre? – el sonido de su voz atronaba el aire y rebotaba en las rugosas paredes.

- Más rápido, más rápido, el tiempo comienza a cambiar, el aire indica que pronto llegará el invierno- continuó exigiendo la reina con su voz aguda y chillona.

De repente el sonido de un timbre atrajo la atención de todos los trabajadores.

- A cubierto, a cubierto- gritó su majestad- avisad a los de fuera que se refugien, ya van a salir.

En apenas unos segundos la tierra comenzó a temblar asolada por gritos, carreras, y chillidos.

El caos duró unos veinte minutos, en los que sus pequeños corazones se encogieron mientras suplicaban para que el cielo no se desplomase sobre sus cabezas.

- Bien, todo está en silencio- anunció la reina- Salid y poneos de nuevo a trabajar.

Sus palabras fueron escuchas y asumidas en silencio por unos súbditos acostumbrados a seguir las órdenes de su jefa al unísono y sin protestar.

Tras unos segundos de espera sin resultados, la primera avanzadilla no regresaba con alimentos, la reina comenzó a enfadarse.

- ¿Pero que está pasando?¿dónde se ha metido?- preguntó furiosa.

Una tras una, sus trabajadoras fueron abandonando el refugio para investigar los sucesos del exterior. Pero ninguna regresaba para informar a su jefa.

Sola y sin saber que pensar; la reina decidió descubrir, por si misma, lo que pasaba.

Tras echar un vistazo, comprendió que nada podía hacer y regresó a sus aposentos renegando de su idea de crear el hormiguero en el patio de un colegio. Aunque jamás les faltaban migas, trozos de bocadillo o de frutas tras el recreo, cuando alguno de aquellos malditos niños dejaban al alcance de sus trabajadoras uno de esas cosas de colores, pegajosas y de sabor dulce, sus obreras se volvían locas con su irresistible olor y sabor. y olvidaban sus quehaceres.

Mejor esperaba un ratito y dejaba a sus obreras disfrutar de su “juerga” de sabores, gritar ahora, sería una pérdida de tiempo.

13 comentarios:

  1. Perfecta esa sociedad de hormigas, siempre enfrascadas en sus quehaceres, hasta que se encuentran con un trozo de pastel y ya se acabó la responsabilidad, a disfrutar que ésto no lo tenemos todos los días.

    Buena idea has tenido con este símil, ¿acaso los humanos renunciamos a un momento de placer por el trabajo?, bueno, algunos dirán que sí.

    Un beso.

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  2. A veces nos entretenemos con cosas... que son más importantes que el trabajo. Un beso.

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  3. Diferente enfoque! Original... y bueno, la reina deberá esperar, sus obreras merecen un dulce desliz. Hay cosas que valen la pena ser aprovechadas.
    Besos, y buen jueves!

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  4. Qué bueno Alicia. Hasta las hormigas tienen sus momentos de farra. El pausado trabajo se vuelve locura cuando a las briznas de paja o las migas de pan les sale un competidor como el ¡azúcar!

    Saludos!

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  5. Muy bueno Alicia, que desastre de localizacion del hormiguero si su gente estaba a expensas de tantos estímulos.
    Besos.

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  6. Si tienen farras las hormigas ¿por qué nosotros no?
    ¡a disfrutar!

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  7. jejeje hasta en el pequeño mundo de esas trabajadoras incansables, de vez en cuando es necesario y bienvenida un poco de farra!...porque de no ser así, la vida sería insoportable!!!

    Un saludo muy juevero!
    =)

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  8. Disciplina en el hormiguero, hasta para las farras, que las gocen golosas. Me parece buena estrategia el hormiguero bajo el jardín del colegio, nunca faltan migas o caramelos chupados, pero...esos terremotos monstruosos.
    Excelente idea la de visitar hormigas, a veces nos parecemos en lo de la disciplina callada.
    Besito.

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  9. Es que si fuera hormiga, estaría un poquito cansada de ser siempre la trabajadora que guarda para el invierno.... A vivir que son dos días!!!! Le diste vida a una Jefa U BI CA DA!!!
    muy bueno y original enfoque, Alicia. (algo así como pan y circo...?!?!?!?)

    BESOS

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  10. Pienso que la laboriosidad de las hormigas está por encima de farras y francachelas. Sería una magnífica excusa para nuestra propia tendencia a la juerga, pero las hormigas no actúan así. Primero es llenar la despensa y luego, si sobra tiempo, entretenerse con las golosinas.
    Un abrazo.

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  11. la parábola me gusta.
    y si por parábola entiendo aquella construcción escrita cuyo fundamento es servir de moraleja, me sigue gustando.
    el escrito, atendiendo a cualquier otra cosa, me encanta:¿por qué?
    pues por que es ligero a la hora de ser leído, ameno a la hora de ser leído y, por ende, ingenioso teniendo en cuenta la propuesta de la que hemos partido:¡¡es la primera vez que veo animales en este jueves!! y ello debe de ser mérito tuyo...
    medio beso.

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  12. Que divertido... hormigas de farra, quién lo hubiera sospechado. Ellas, tan disciplinadas, tan formales, tan solidarias, tan metódicas.
    Esta claro que en este mundo de colores y olores tentadores, no se salvan ni los ángeles de a pie.

    Muy bueno y original.
    Besos

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  13. Los pobres bichitos tambien tienen derecho, digo yo. Si fuera hormiga creo que tambien me perderia en esas bolas rosas y dulces que los niños tiran, jajaja. Original.
    Un beso.

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